En un emotivo acto, el reconocido poeta Óscar Oliva dejó una huella imborrable en la historia cultural de Tuxtla Gutiérrez al donar una parte significativa de su acervo literario a la biblioteca que lleva su propio nombre, situada en la Colonia Cerro Hueco de la ciudad.
La ceremonia de entrega contó con la distinguida presencia de importantes figuras del ámbito cultural, entre las que se encontraban el Mtro. Alfredo Palacios Espinosa, director general del Instituto Tuxtleco de Arte y Cultura; la Lic. Olga Palacios, directora de Bibliotecas Públicas Municipales; Fabián Rivera, Director de la Red de Bibliotecas Públicas del CONECULTA; así como destacados escritores, bibliotecarios, personal del ITAC y autoridades del comisariado ejidal.
Óscar Oliva, nacido el 5 de enero de 1937 en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, es un poeta distinguido que ha marcado con su pluma la riqueza literaria de México. Su contribución abarca diversas áreas, desde ser director de la Biblioteca Emilio Rabasa del ICACH hasta desempeñar roles relevantes en la educación y la investigación literaria en instituciones como la UNAM y la UV.
Con una carrera multifacética, Oliva ha sido galardonado con prestigiosos premios, entre ellos el Enrique González Martínez en 1969 y el Premio Nacional de Poesía Aguascalientes en 1971 por su obra «Estado de sitio». Su extensa obra ha dejado una huella imborrable en la literatura mexicana, y su legado sigue vivo a través de sus contribuciones a diversas revistas literarias y su participación en importantes instituciones culturales.
La donación de una parte de su acervo literario a la biblioteca que lleva su nombre es un gesto significativo que enriquecerá el patrimonio cultural de la comunidad. La biblioteca se convierte así en un espacio privilegiado que resguardará y pondrá al alcance del público el invaluable legado de este poeta.
Este acto de generosidad no solo perpetúa el impacto cultural de Óscar Oliva en la comunidad local sino que también fomenta el acceso a la cultura y la literatura, contribuyendo al enriquecimiento intelectual de las generaciones presentes y futuras en Tuxtla Gutiérrez.
Foto: Cortesía.